Hay diversos tipos de picaduras: corriente, entrefina y fina. Esto supone entre 15 a 25 hilos o líneas por pulgada, por lo que se utilizan serretas con mayor o con menor separación entre dientes. También influye mucho la calidad de la madera.Una vez terminado el trabajo, las piezas se termina   para darles el tratamiento final, bien sea al aceite o con barniz. Este último sistema es más económico pues tarda en secarse menos tiempo, aunque la madera no queda tan bonita como al aceite.También a veces se pide al artesano picador restaurar una culata ,cuyas rayas están muy gastadas. En este caso se puede restaurar sobre lo que conserva, aunque en ocasiones ello ya no es posible y hay que pulir y borrar el campo y volver a hacer una picadura nueva.